Quizás no haya nada más gratificante que presenciar la recuperación de un perro callejero y su transición hacia una vida normal. Esa es la esencia del rescate.
Ser amable no demanda mucho esfuerzo, pero trabajar como rescatista requiere una gran fortaleza mental y constituye una profesión verdaderamente noble.
En la historia que compartiremos hoy, un grupo de rescatistas se encontró con una perra que necesitaba ayuda, pero no estaban seguros de qué quería exactamente.
Cuando un grupo de rescatistas estaba alimentando a perros callejeros en la playa local, se encontraron con una perra que parecía preocupada por algo.
Se notaba un aire de ansiedad en ella, como si estuviera tratando de comunicar algo a los rescatistas. Le ofrecieron algo de comida y agua, lo cual aceptó con gusto.
Sin embargo, después de comer, simplemente se alejó corriendo y la gente la siguió para ver a dónde iba.
Corrió por la calle y se detuvo frente a un estacionamiento. Los rescatistas observaron cómo se detenía junto a una oficina de contenedores marítimos abandonada.
Fue entonces cuando notaron algo extraño: la perra no mostraba miedo alguno, así que ¿qué la llevaba a ese lugar?
Entonces, se dieron cuenta. Gex era madre y estaba tratando de reunirse con sus cachorros. Los rescatistas intentaron acercarse lo suficiente para verlos, pero fue difícil.
Gex estaba alimentando a sus siete cachorros. Ahora que sabía que sus rescatadores la ayudarían, salió gateando para recibirlos.
Estas maravillosas personas trajeron aún más comida para asegurarse de que todos estuvieran bien alimentados. Dado lo dulce y cariñosa que era Gex, los rescatistas asumieron que probablemente había tenido un dueño antes.
Es posible que haya sido abandonada y dejada sola, pero esperó pacientemente a que su dueño regresara por ella.
Hasta que los rescatistas pudieron encontrar un buen hogar para Gex y sus cachorros, tuvieron que dejarlos allí, pero continuaron regresando para alimentarlos regularmente.
Con el tiempo, los cachorros crecieron y se volvieron más valientes. Empezaron a aventurarse fuera y a jugar entre ellos.
Siempre estaban emocionados de ver a sus rescatadores llegar día tras día. Era adorable ver cómo movían sus colas cada vez que llegaban.
El rescatista aprovechó la oportunidad para desparasitar a los cachorros, lo cual fue una excelente noticia, ya que estaban más cerca de ser adoptados.
Ahora que había pasado un mes entero, el grupo colocó a todos los cachorros y a su mamá, Gex, dentro de un automóvil y los llevó a un refugio.
Finalmente llegó el momento. Tres cachorros fueron adoptados rápidamente y ya están viviendo su nueva vida.
En cuanto al resto, simplemente están esperando su turno y probablemente serán adoptados muy pronto.
En cuanto a la mamá, ella permanecerá a su lado y aprenderá a disfrutar nuevamente. Sus rescatistas se asegurarán de que obtenga todo lo que necesita.