Un pequeño cachorro había sido herido y yacía inmóvil en la calle cuando la encontramos. A medida que nuestros rescatistas se acercaban, pensaron que podrían ser sus últimos suspiros. Pero sus ojos estaban bien abiertos cuando la levantaron y ella gimoteó. Su familia de perros y humanos se reunió a su alrededor mientras la llevábamos a la ambulancia. Algunos de ellos podrían haber pensado que estaban diciendo un último adiós, pero estarían equivocados.
En el hospital, descubrimos que no tenía fracturas, aunque su condición era pobre durante los primeros días porque no podía comer y apenas se movía. Sospechábamos una lesión en la columna que necesitaba un monitoreo cuidadoso, tranquilidad y descanso.
Pero para el sexto día, ella decidió que ya había tenido suficiente tranquilidad y descanso, ¡y su ávida forma de pararse y comer proclamaba su intención de vivir! ¡De desolada y al borde de la muerte a activa! ¡Alerta! Juguetona y ¡tan viva! ¡Conozcan a Lilac ahora!
La transformación milagrosa de Lilac es un recordatorio conmovedor del poder de la determinación y el cuidado amoroso. Su historia nos enseña que incluso en los momentos más oscuros, siempre hay esperanza y posibilidad de una vida mejor.