Un perro anciano herido por larvas fue encontrado tendido en el costado de la concurrida carretera.
El perro se había acostado para morir al costado del camino, con larvas infectando una herida en su cabeza…
El personal lo sedó para que no sintiera dolor durante su primer tratamiento.
El veterinario eliminó las larvas y la suciedad de la herida.
La piel debajo de la oreja no era viable debido a la herida profunda e infectada.
El veterinario eliminó todo el tejido muerto y moribundo.
El veterinario envolvió su cabeza con un apósito húmedo a seco.
El personal lo trató durante diez semanas y cada día su tristeza se desvanecía aún más.