Lala fue encontrada tirada al costado de la carretera con su cuerpo cubierto de barro. Recientemente había dado a luz, y sus hermosos hijos se convirtieron en su única razón para vivir. Sin embargo, la vida le arrebató deliberadamente a uno de ellos.
Corriendo por las calles con una pierna faltante, Lala luchaba con todas sus fuerzas. Agotada, se tumbó al costado del camino y lloró. Cuando llegué, levantó la cabeza con pánico y huyó rápidamente. La desesperación marcaba su semblante, pero después de calmarla, se sentó en un pequeño rincón y parecía decir: “¡Por favor, no me dejes!”.
Decidí darle una oportunidad después de ver su patética apariencia. A pesar de los problemas que enfrentaba, me comprometí a acompañarla en su viaje hacia una nueva vida. La esperanza de que Lala no tuviera un diagnóstico grave era lo que sostenía mi corazón.
Sin embargo, las palabras del médico trajeron preocupación. Los huesos de sus patas delanteras se estaban erosionando, llevándola a su estado actual. La única opción para salvar su vida era una cirugía de extirpación de la articulación.
Lala, apoyada por el personal médico, superó la cirugía con determinación. Demostró que quería vivir y luchó con valentía. Su tratamiento continuó con el objetivo principal de ayudarla a mantenerse firme sobre las tres patas restantes.
Desde una posición inicial acostada, Lala observaba todo a su alrededor. Con el tiempo, se levantó y comenzó a caminar, aunque aún necesitaba tiempo y paciencia. Cada día, el personal médico la cuidaba con atención y calidez.
La recuperación de Lala avanzaba en pequeños pasos, pero constantes. A pesar de su pasado triste, corrió y jugó felizmente, ignorando la adversidad. Mientras se rehabilitaba, recibía todo lo mejor: atención, amor y cuidado.
Agradezco profundamente al personal médico por brindarle a Lala una sensación de seguridad. Su nuevo hogar le ofreció más oportunidades para expresarse. Lala, un perro inteligente y hermoso, demostró que la fe y la esperanza pueden dar frutos, mostrando que los esfuerzos incansables valen la pena.