Al principio podrías pensar que esta perra es una anciana frágil y vieja, pero en realidad es una cachorra que sufría de sarna avanzada y desnutrición. Para nuestra sorpresa, recibió a sus rescatadores con la confianza y el afecto de alguien no derrotado, sino vital con voluntad de vivir.
La llevamos rápidamente al tratamiento, sabiendo que en esta condición desesperada, su sistema inmunológico estaba muy bajo y en cualquier momento podría empeorar. Sus ojos inocentes miraban a sus cuidadores con tanta esperanza incluso desde los primeros momentos en nuestra mesa de tratamiento en el hospital. Y afortunadamente, su apetito era hermoso y se lanzó de inmediato.
La llamamos Tulipán y observamos con alegría cómo día a día su salud mejoraba y una cachorra emergía donde antes había una viejecita que cojeaba.