Lo primero que vimos fueron las patas de este cachorro manchadas de sangre. Pero la lesión no estaba en sus piernas; era sangre que salía de su boca después de ser golpeado en la cara por un vehículo que pasaba. Con sus dientes restantes sobresaliendo salvajemente de un lado, su mandíbula estaba torcida y gritaba de dolor. Nuestros corazones se rompieron; era una lesión extremadamente grave. Lo levantamos suavemente y tratamos de tranquilizarlo mientras lo llevábamos apresuradamente a la ambulancia, asegurándole que haríamos todo lo posible para salvar su vida.
Una vez que llegó al hospital, lo tratamos para el dolor y evaluamos el extenso daño. Necesitaría cirugía lo antes posible. Le pusimos un suero intravenoso para la hidratación, alimentación y medicación, y programamos su cirugía para la mañana siguiente para que su estómago estuviera vacío. La cirugía fue un éxito, pero no podíamos decir cuándo podría comer por sí mismo.
Al día siguiente lo intentó, pero realmente no pudo hacerlo. Y luego, ¡día 4, sorpresa! Una vez que le tomó la mano a su mandíbula recién alambrada, devoró con entusiasmo y no ha dejado de mover esa pequeña cola desde entonces.
¡Conozcan al travieso, saltarín, rebotante, giratorio y extático Twizz ahora! Su espíritu indomable y su amor por la vida nos recuerdan la capacidad de recuperación de los animales y el milagro de la atención y el cuidado amoroso. ¡Esperamos que su historia inspire a muchos más a cuidar y proteger a las mascotas necesitadas en todo el mundo!