Un día, durante nuestro paseo diario, nos encontramos con una escena sumamente desoladora. Una perra embarazada había caído en un desagüe y no podía salir debido a su abultada barriga. Se veía extremadamente afligida, evidenciando un claro sufrimiento. Sabíamos que debíamos actuar con rapidez para rescatarla a ella y a sus cachorros por nacer.
La llevamos de inmediato al veterinario, esperando que pudieran brindarle ayuda. Fue una tarea difícil, ya que ella era bastante grande y no podía moverse con facilidad. Sin embargo, con un poco de ayuda, logramos llevarla a la clínica. Lamentablemente, su condición era crítica y el veterinario tuvo que realizar una cesárea de emergencia para salvar a sus cachorros.
A pesar de los incansables esfuerzos del equipo médico, la perra cayó en coma después de la cirugía y lamentablemente falleció poco después. Fue un momento desgarrador para todos nosotros, pero sabíamos que los cachorros nos necesitaban ahora más que nunca.
Adoptamos a los pequeños cachorros y nos aseguramos de que recibieran una alimentación adecuada y todos los cuidados necesarios. Fue un trabajo arduo sin la presencia de su madre, pero hicimos todo lo posible para llenar ese vacío. Conscientes de que tendrían mayores posibilidades de sobrevivir si eran acogidos por familias cariñosas que los cuidaran, trabajamos para encontrarles hogares amorosos.
Pusimos todo nuestro empeño en encontrar hogares permanentes para los cachorros, y nos complace decir que todos ellos fueron adoptados por familias llenas de amor. Fue un final agridulce para esta historia, pero nos alegra haber logrado marcar una diferencia en la vida de estos pequeños. Esperamos que crezcan sanos y felices, y agradecemos a todos aquellos que nos apoyaron en esta misión.