La grandeza de la naturaleza supera nuestra imaginación más salvaje. No hace falta buscar el paraíso cuando estamos inmersos en él. En medio de la exuberante belleza que nos rodea, existen raras joyas naturales que permanecen aisladas en su espectacular entorno. Una de ellas son las impresionantes cuevas de hielo del norte de la Patagonia. Estas cuevas glaciares están totalmente formadas por hielo y solo se encuentran dentro de los glaciares. Situadas sobre una península de mármol sólido, estas impresionantes cuevas se encuentran en las aguas compartidas por Argentina y Chile, donde el color oscila desde un esmeralda brillante hasta un azul brumoso, y está surcado por majestuosos ríos que transportan agua glacial desde los Andes. Las cuevas de hielo crean las formaciones geográficas más aisladas y místicas de la Patagonia. Solo se permite una excursión a estos túneles mágicos en verano, cuando el hielo aún es grueso, lo que garantiza la seguridad de los visitantes.
Mientras contemplas las maravillas de la Patagonia, admira la respiración del globo.
Durante los veranos, el paisaje en la Isla del Apóstol es espléndido, pero en los inviernos toma la forma de un espectáculo nevado. El efecto de estas características alusivas es su función de inmersión en la forma para deleite de todos los años.
Este es un túnel perteneciente al Paso del Furka en Suiza y también sirve como el punto de conexión entre la región suiza y la sueca. Esta obra es muy famosa ya que apareció en la película de James Bond – Goldfinger.
En un mapa actual, este lugar está clasificado como una de las regiones más grandes de Europa y atrae a turistas de todo el mundo por su belleza natural. Desde los impresionantes paisajes montañosos hasta los tupelos, hay mucho más por explorar en esta zona.
El glaciar Aletsch es el glaciar alpino más grande de Suiza. Con una longitud aproximada de 23 km y una extensión de alrededor de 120 km², el Glaciar Aletsch es una visita obligada. Visitar el glaciar es recomendado para profesionales.