El perrito, inerme y cubierto de alquitrán caliente, yace inmóvil en el centro de la calle, descubierto en un día abrasador.
El diligente esfuerzo del Programa de Rescate de Animales de Buena Voluntad (GWARP) permitió rescatar al cachorro a tiempo.
El perro estaba en muy mal estado y la intoxicación comenzaba a apoderarse de él. El personal de la clínica BETI continuó trabajando con el cachorro a pesar de su terrible estado.
El pequeño perro comenzó a mostrar síntomas de recuperación después de varios días de trabajo y cuidados ininterrumpidos. Para eliminar el aceite de su cuerpo y restaurar su salud, los dedicados médicos, enfermeras y empleados trabajaron sin parar.
Nos complace informar que el perro, que desde entonces recibió el nombre de Murphy, se encuentra maravillosamente bien. Nos gustaría expresar nuestro más sincero agradecimiento al personal de la clínica BETI, cuya atención al detalle y simpatía le dieron a este pequeño perro una segunda oportunidad de vida.