Este es Bulut, quien vivía en un estado miserable. Su vida era de soledad, hambre y desesperación. Muchas personas pasaban junto a él pero nadie lo miraba una vez. Los días de Bulut los pasaba vagando por las calles. Su esquelético cuerpo temblaba de hambre. Su hermoso pelaje alguna vez se había convertido en un enredo. La mitad de él faltaba, reemplazado por una variedad de cicatrices y heridas.
Lo persuadimos para que entrara en un transportín y lo llevamos al veterinario cercano. Al principio, Bulut dudaba, ya que su confianza en los humanos estaba muy desgastada. El veterinario en la clínica examinó el lamentable estado de Bulut. Su piel estaba marcada con innumerables cicatrices y heridas. Con manos hábiles y un toque suave, el veterinario limpió y trató las heridas de Bulut. Luego, tomaron la difícil decisión de afeitar su pelaje. Revelando el alcance de su cuerpo descuidado.
Luego tuvo su primer baño en su vida. Bulut temblaba mientras zumbaban las maquinillas… pero sintió que esto era un paso hacia una vida mejor. Decidimos mantener a Bulut en la clínica veterinaria para monitorearlo más. Los días de Bulut en la clínica veterinaria eran un marcado contraste con las calles duras e implacables que había conocido durante tanto tiempo. Aquí comenzó a experimentar una sensación de seguridad y comodidad que nunca había conocido.
El personal de la clínica rápidamente se dio cuenta de que Bulut tenía un corazón lleno de amor para dar, a pesar de las dificultades que había soportado. Se convirtió en uno de los favoritos entre los empleados de la clínica. Cada día, se volvía más fuerte y seguro. Sus pasos ya no estaban cargados de hambre y miedo. A medida que las heridas de Bulut seguían sanando, el veterinario supervisaba cuidadosamente su progreso. Sus cicatrices desaparecían lentamente y su pelaje volvía a crecer.
Tenía comida suficiente todos los días. La relación entre Bulut y el personal de la clínica se profundizaba con cada día que pasaba. Era un vínculo forjado en el crisol de la recuperación de Bulut. En el personal de la clínica, Bulut encontró no solo cuidadores… sino una nueva familia que lo colmaba de amor y atención. Todavía falta mucho para el día en que se recupere por completo. Pero ese día llegará y le encontraremos un hogar para siempre.