Con la cara hinchada y sin poder respirar debido al collar, ella extendió sus manos en desesperación. La vecina del perro pudo rescatarla y, al ver la impactante condición del pobre animal, llamó a su dueño con lágrimas en los ojos.
“¡No vas a creer esto!”, exclamó llorando y me envió un clip mostrando al perro. Al llegar, me encontré con una triste historia. Este perro llevaba un collar desde cachorro, pero su dueño no se preocupó por ajustarlo mientras crecía. El collar se apretaba cada vez más, inflamando su rostro como un globo y dificultándole tragar al comer.
La herida en el cuello se extendía hasta la tráquea, con tejidos necrosados. Su respiración era un sonido angustiante. Nadie podía creer cómo algo así pudo ocurrir. La herida fue tratada, pero estaba tan débil que apenas podía mantenerse despierta.
Denunciamos al dueño, incapaz de entender su negligencia. Afortunadamente, una buena vecina se ofreció a llevar al perro y el dueño accedió. Aunque todos pensábamos que su tristeza se debía a las heridas, descubrimos la verdad: acababa de dar a luz y sus cachorros encontraron nuevos hogares sin conocer su historia.
A pesar de la lucha, Vida, como la llamamos, mejoró. Su rostro se desinflamó, su estado de ánimo mejoró y, finalmente, le dieron el alta del veterinario. A los tres meses, experimentó su primer momento de felicidad en una cama cálida y se atrevió a explorar el mundo exterior.
Este conmovedor relato de supervivencia y renacimiento demuestra la fuerza de Vida y el impacto del amor y cuidado que recibe. Una historia de triunfo sobre el sufrimiento, listo para comenzar una nueva y hermosa etapa de vida. Gracias por estar siempre a nuestro lado.