En uno de nuestros paseos por la calle, por accidente, nos topamos con este pequeño. Estaba asustado y se escondía al costado de la carretera. Desafortunadamente, los vecinos nos explicaron que a menudo los niños le lanzaban piedras, por lo que estaba demasiado asustado para acercarse a nosotros, incluso cuando le ofrecíamos comida. Su piel estaba devastada por una etapa avanzada de sarna o leishmaniasis, y tenía una herida abierta con piel colgando del otro lado. Solo esperamos no llegar demasiado tarde. Casi con certeza, era la primera vez que un humano lo tocaba amorosamente. El perrito estaba tan asustado que lloraba… Lo llamamos Bigoudi.
Poco a poco, Bigoudi comenzó a ganar nuestra confianza con su voz suave y paciencia. Aguantábamos la respiración. Bigoudi dio negativo para la Leishmaniasis. Ahora podemos esperar lo mejor. Sin embargo, resulta que sus análisis de sangre son malos. O bien la infección se ha extendido a algunos de sus órganos o podría ser algo peor. Tiene pánico a los humanos, así que necesitamos trabajar en ganar su confianza progresivamente. Un pequeño paso para mí… es un gran paso para Bigoudi.
Día 14: El perro todavía no tiene miedo. El pasado de Bigoudi ha pasado por demasiado dolor. Día 32: Seguimos insistiendo en darle cada bocado de comida. Cada vez que come, pasamos mucho tiempo con él. Su camino hacia la recuperación fue extremadamente difícil debido a los traumas físicos y psicológicos que sufrió por su enfermedad de la piel cuando vivía en las calles.
Día 70: Primer contacto de Bigoudi con otros perros. Para él, fue la primera vez que conocía a tantos amigos. Bigoudi todavía es muy tímido. Día 130: Bigoudi ha mejorado mucho. Tiene una apariencia brillante y santificada. Ha ganado peso… Gracias a Dios, finalmente estamos viendo la luz al final del túnel. Bigoudi ha recuperado por completo su confianza. Ahora vive felizmente con su maravilloso dueño. Allí, tenía muchos amigos… Bigoudi juega felizmente todo el día y nunca se aburre.