Un desgarrador video llegó a nuestras manos, mostrando a un perro agonizando al borde de la carretera, abandonado y oculto bajo una montaña de nieve. Alguien arrojó a este cachorro enfermo a su suerte, casi sin poder moverse y en un estado de conmoción extrema.
La desesperación se apoderó de quienes vieron la grabación y pidieron ayuda de manera urgente. La gente se acercó para brindarle calor, alimentarlo y trasladarlo a un refugio frío y desprotegido. El perrito, al borde de la extenuación, mostraba signos de ceguera y desorientación espacial, además de estar cubierto de heridas, enfermo y extremadamente delgado.
Con síntomas similares a la epilepsia y posiblemente malaria, pasó una noche crítica. Muchas clínicas se negaron a ayudar durante la noche, pero finalmente, gracias a un médico conocido, lograron estabilizarlo lo suficiente para llevarlo a un lugar donde luchar por su vida.
Bautizado como Arnie, este valiente perrito no se rindió. Aterrado de morir congelado en la nieve, intentó moverse y fue afortunadamente notado. Su temperatura corporal era alarmante, con úlceras por todo el cuerpo y problemas de coordinación. Iniciaron tratamientos con antibióticos e inmunomoduladores, pero su miedo a las manos y su reacción defensiva complicaban su recuperación.
Después de días de cuidados intensivos, Arnie mostró mejoras. Las pruebas para la peste resultaron negativas, pero el parvovirus estaba presente, aunque sin un cuadro clínico claro de enfermedad inflamatoria intestinal. Sin embargo, repentinamente, experimentó otra convulsión, negándose a comer y quedándose inmóvil.
Los médicos, desconcertados, realizaron pruebas adicionales, encontrando algo en su hígado. Aunque las pruebas no mostraron anomalías graves, la necesidad de un neurólogo se hizo evidente. Un médico en ICT Imran, después de una infusión, logró una mejora notable. Aunque se necesitaba una resonancia magnética cerebral, la falta de anestesiólogos complicaba el proceso.
Arnie, luchador incansable, se estabilizó gradualmente, sin más convulsiones, pero con problemas visuales y debilidad en las patas. Finalmente, con una resonancia magnética exitosa, se reveló que sufría una infección. El tratamiento se ajustó, incluyendo nuevos antibióticos.
A pesar de las dificultades, la situación mejora, y Arnie muestra signos de recuperación completa. Su apetito y buen humor son prometedores. La historia de Arnie es un testimonio de resistencia, amor y la capacidad de superar adversidades. Con la fe en el equipo médico y la fortaleza de Arnie, se espera que pronto encuentre un hogar lleno de amor y cuidado.