En una congelante jornada de -51°C, me encontré con una escena desoladora: un perro, baleado y aterrado, escondido en una camioneta abandonada, cubierta de nieve. Esta es la historia de June, una valiente superviviente que ha desafiado las condiciones climáticas más extremas y la crueldad inhumana.
La difícil tarea de rescate comenzó en medio del intenso frío, donde nadie, incluyendo los perros, merece vivir. June, aterrorizada y helada, se negaba a dejarme acercar. Después de algunos minutos de paciencia y palabras tranquilizadoras, finalmente confió en mí, comprendiendo que estaba allí para ayudarla, no para hacerle daño.
Al día siguiente, June fue llevada al veterinario en Winnipeg, cojeando por una pata trasera. Las radiografías revelaron el impacto de una bala en su pierna, una herida que había sanado con el tiempo. Sobrevivir a tal ataque es un milagro, y June tuvo la fortuna de encontrarse con rescatistas amorosos.
Esta tranquila y cerrada perrita pasó por la cirugía con éxito, con doble placa en su pierna y un futuro de rehabilitación y cariño por delante. Los primeros días en su nuevo hogar fueron difíciles, con June mostrando los signos de un trauma profundo: silenciosa, inmóvil, pero nosotros no permitiremos que eso defina su estado. Trabajaremos con ella para superar este dolor.
A medida que avanzan los días, June experimenta una transformación notable. Descubrimos que llevaba una bala incrustada en su pierna, posiblemente víctima de una práctica de control de población de perros callejeros. A pesar de los obstáculos, el apoyo de la comunidad y el amor constante han logrado un giro positivo en la vida de June.
En el día 50, vemos a June relajándose bajo el sol primaveral junto a su nueva hermana, demostrando que la recuperación y la esperanza pueden surgir incluso de las experiencias más desgarradoras. La historia de June es un recordatorio de la resistencia de los animales y la importancia del apoyo constante de la comunidad en su proceso de recuperación. ¡Gracias a todos por su inquebrantable apoyo!