Durante 6 años, Tori estuvo encadenada en un patio lleno de escombros. Su dueño la descuidó y apenas la alimentaba. Cuando le pregunté al dueño sobre su cara hinchada, afirmó que fue un accidente al chocar contra una mesa. Pero ¿cómo puede un perro chocar contra una mesa así? Seguramente algo más había sucedido.
Afortunadamente, una vecina me habló de ella. Si no, ¿qué más podría haberle ocurrido a Tori? Ella solo me miraba en silencio con ojos suplicantes, pero el miedo la abrumaba. Tuve que negociar para poder llevármela.
¿Ves su vientre hundido? Rápidamente la llevamos al veterinario. Los resultados fueron sorprendentes. La hinchazón en la cara de Tori era debido a una infección que había estado presente durante meses, con una gran cantidad de pus acumulada. Además, su cuerpo estaba lleno de úlceras y tenía dientes casi rotos.
Después de drenar el líquido y tratar sus heridas, comenzó a mejorar. Denuncié al dueño a las autoridades y después de dos semanas, Tori abrió los ojos, pero aún no había alegría en su mirada. Decidí llevarla de regreso al refugio, donde espero que pueda recibir el cuidado que necesita para recuperarse por completo.
El encadenamiento durante 6 años le pasó factura a Tori. Se quedaba parada sin saber qué hacer, con habilidades sociales casi nulas. Afortunadamente, la curiosidad de sus amigos en el refugio la ayudó mucho. Además, se le extrajeron varios dientes dañados, lo que mejoró su calidad de vida.
Hoy, Tori se ha recuperado por completo. Ha ganado peso y está más hermosa que nunca. Su alegría y felicidad son contagiosas, y sus habilidades sociales han mejorado notablemente. Es increíble verla así después de todo lo que ha pasado.
Cada perro tiene una historia diferente, pero todos merecen una vida feliz. Gracias por ser parte de la recuperación de Tori y de tantos otros como ella. Adiós y nos vemos en futuros videos, donde seguiremos compartiendo historias de amor y esperanza para los animales necesitados.