Bento, este pobre cachorro, fue atropellado dos veces por coches. Pero todo lo que hicieron fue colocarlo dentro de una caja de cartón escondida. Quedó aplastado, herido y aterrorizado. Estaba frágil, exhausto y sufría un dolor insoportable. Su cuerpo permanecía inmóvil, excepto por el leve subir y bajar de su respiración superficial.
**Sin dudarlo, lo llevamos rápidamente a una clínica veterinaria cercana.**
El veterinario comenzó rápidamente un examen minucioso. Descubrieron que algunos de sus huesos estaban rotos, pero por suerte, sus heridas no ponían en peligro su vida. Lo colocaron en un goteo para mantenerlo hidratado y comenzaron un tratamiento con medicamentos para el dolor. El camino de recuperación de Bento había comenzado.
**La clínica se convirtió en su hogar temporal durante las próximas semanas.**
El equipo veterinario monitoreaba de cerca su progreso, brindándole cuidado y amor. Su apetito regresó, y su cuerpo antes lánguido comenzó a recuperar fuerzas. Después de unas semanas de cuidados tiernos y curativos, Bento estaba listo para dejar la clínica. Regresó al refugio donde inicialmente encontró refugio.
**De vuelta en el refugio, Bento fue recibido con los brazos abiertos.**
Ya no era un cachorro indefenso y herido. Bento se había transformado en un perro pequeño fuerte, resiliente y, sobre todo, amado. ¡Hora de cenar! Al principio estaba un poco tímido y cauteloso con nosotros y los otros perros. Necesitaba tiempo para adaptarse a su hogar para siempre.
**Lo presentamos a sus otros perros, asegurándonos de que se sintiera cómodo y seguro en su nueva manada.**
Rápidamente, Bento se adaptó a su nuevo hogar. Hizo nuevos amigos entre los otros animales del refugio y disfrutó de días de juego bajo el sol. Con el tiempo, la confianza de Bento comenzó a crecer. Observaba y aprendía de sus nuevos compañeros caninos, participando gradualmente en su juego e interacciones. Él ama mucho a su mamá.
**Ahora floreció en un cachorro juguetón, feliz y extrovertido.**
Su comportamiento antes cauteloso fue reemplazado por un sentido de aventura y alegría por la vida. Le encantaba salir a pasear, correr en el parque y jugar con sus hermanos caninos y su familia. La transformación de Bento fue un testimonio del poder de la paciencia, el amor y la comprensión.